Portugal, mas allá del Algarve, Agosto 2012 (IV): Simbolismo en Sintra

Con el merecido descanso nuestro próximo destino se centra en Sintra. Realizamos un recorrido circular bordeando la costa pasando por Estoril, Cascais, Cabo da Roca y varias hermosas playas y acantilados. De las primeras ciudades poco que decir, si te gusta la aglomeración turística y gastar el dinero indecentemente en mega urbanizaciones mega caras con mega cosas Estoril y Cascais son para ti, si como a mi te gustan las cosas sencillas y sin pretensiones mas allá de ser lo que son sigue camino rápidamente.

Cabo da Roca, el punto mas accidental de Europa ofrece bonitas vistas y algún que otro camino por los que nos aventuramos nos llevaron a preciosas playas escondidas de aguas de espejo cristalino donde solo se puede llegar con una buena caminata bajando acantilados. Nos topamos en los caminos con una caravana de UMM’s (União Metalo-Mecanica, S.A.) que transportaban como soldaditos en convois a un grupo de rosados y rubios guiris pero con caras de niños buenos y armados hasta los dientes de toda la tecnología moderna de cámaras y smartphones disponibles. En una paradita de ellos me acerqué a hablar con el conductor guía de uno de los vehículos al ver una pegatina “dakariana” que adornaba su puerta. Me habló maravillas del UMM que conducía y que había partidipado en un dakar hace varias décadas y todos los UMM de él y sus amigos habían llegado a meta, fueron muy simpáticos y les encantó nuestra aventura en moto por sus tierras.

   
   

Sintra

El camino hasta Sintra sinuoso y divertido adornado de bosques se adentra en la montaña. Conseguimos para pasar la noche una casa por 30 euros preguntando en un restaurante. No muy limpio pero por ese precio y en Sintra creo que todo un triunfo en temporada alta. El primer día Sintra me decepcionó enormemente, es caro de forma descarada y ver cualquiera de sus reclamos turísticos te obliga a hacer números para elegir cual ver. Esa tarde nos decidimos por el Palacio da Pena. En mi ingenuidad y desinformación me lo imaginaba como algo de la época medieval con un encanto muy histórico y resulta ser una ostentosa demostración del estilo romántico del siglo XIX, no me impresionó salvo los extensos jardines circundantes que por falta de tiempo no pudimos completar en su totalidad. Me quedé con ganas de ver el “castillo Moro”. Luego el pueblo en si tampoco me pareció para tanto, la sensación es como lo de una película que te cuenta que es buenísima y luego cuando la ves esperando tanto no llega ni a poco. Igualmente muy cara.

     
     
     

La recompensa positiva la tuvimos el día siguiente, antes de partir dirección a Évora visitamos por la mañana la “Quinta da Regaleira”, esta si mereció la pena pagar el abusivo precio. Creo que lo mas impresionante de ver por Sintra. Una “quinta” cargada de simbología masónica con evidentes muestras de rituales y una historia bastante reciente. Recorriendo sus laberintos, esculturas, arquitectura te sumerges como en otro lugar paralelo a nuestro tiempo con una intención diferente. Si pasáis por allí no podéis dejar de visitarla.