Desde que la electrónica irrumpió en el mundo del motor poco a poco se ha ido imponiendo en todos los posibles lugares que antes solo estaban destinados a la tecnología “analógica”.
Hoy en día, en el mundo de los coches es casi imposible encontrar carburadores, la inyección se ha impuesto rotundamente. Detrás vienen las motos en las que poco a poco se está imponiendo la misma tendencia.
Carburador. Lo amas, lo odias.
Han acompañado las motos desde su concepción y han sido uno de los elementos mas importantes a la hora de obtener las mejores prestaciones de una moto. Al carburador se lo mira con respeto y solo unos pocos maestros saben “escuchar” su música para ajustarlos y obtener lo mejor de ellos y del motor.
Son casi por definición la esencia de la moto y su respuesta desde el giro del acelerador al chute de gasolina es instantáneo. No “piensa” como tendría que hacer un sistema de inyección y eso le otorga el primer puesto cuando quieres una moto de pura adrenalina.
Pero es en esta magia donde está su debilidad. Necesita un mago, y ajustar un carburador para los motores cada vez complejos y para un abanico amplio de circunstancias lo hacen que puedas llegar a odiarlos.
Inyección. La novia perfecta pero sin emoción.
Con el tiempo, ese pequeño inyector acompañado de infinidad de sensores con un celebro digital se está imponiendo por sus evidentes innumerables ventajas. Es un sistema que siempre, sea cual sea la situación va a elegir la mejor opción para la forma de “pensar” a la que se ha programado. No da lugar a la magia ni a la sorpresa y funciona con una exactitud “digital”.
La primera moto de inyección que tuve al principio me pareció algo rara, venía de una 950 de 100cv con carburación pura sangre y al acelerar la inyección lo primero que percibí fue que alguien aceleraba por mi. Ya no era yo quien de manera directa le chutaba la gasolina en vena, era otra inteligencia la que hacía tal función. Y esto es bueno y es malo.
La “ECU” piensa por ti y decide la cantidad exacta de combustible a “inyectar” según múltiples parámetros como temperatura del aire, temperatura de salida, revoluciones, posición del acelerador, presión, cantidad de oxígeno, temperatura del motor… y un largo etcétera que solo los que lo diseñan para cada moto sabrán. Luego la ECU tiene un programa interno que según esos parámetros piensa cual es la mejor cantidad de combustible a inyectar y lo inyecta.
Todo eso ocurre cada vez que mueves tu acelerador en una moto de inyección y obviamente eso ya nunca será una respuesta instantánea, se ha perdido la magia. Pero se ha ganado en consumo, protección del motor, rendimiento, contaminación… como decía la novia perfecta pero sin emoción.
El problema que plantea es la dependencia del sistema de multitud de sensores que si fallan pueden hacer que la ECU no funcione tan bien como debiera y que cada sensor roto cuesta su dinero.
¿ Entonces ? Carburación o Inyección para mi moto de viajes y aventuras.
La carburación tiene como ventaja la simplicidad, en un monocilíndrico con un solo carburador que ajustar puede ser una opción interesante. Con herramientas sencillas se puede desmontar, limpiar y ajustar (siempre que sepas) y no suelen dar graves problemas. Eso si, el consumo será casi seguro mayor que cualquier otra similar en prestaciones de inyección y cuando en tus viajes varíen las condiciones atmosféricas de manera extrema, tu carburador, o mas bien tu moto, pueden llegar a pasar malos momentos.
La inyección en cambio es un sistema complejo con multitud de sensores pero funciona en cualquier circunstancia atmosférica lo mejor posible, no tienes que ajustar ni limpiar y ella sola hace toda la magia para que tu única preocupación sea acelerar. La mayoría de las ECU, cuando falla algún sensor tiene un modo “default” que le da un valor predeterminado a la falta de señal del sensor estropeado con lo que no dejaría de funcionar el sistema. El elemento mas sensible, el inyector, es muy pequeño y no suele ser extremadamente caro por lo que si realmente realizas viajes a lugares muy remotos, llevar uno de repuesto no ocupa ningún espacio y es mas fácil de cambiar un inyector que reparar un carburador.
No soy amigo de la electrónica y teniendo una moto “trail” que sufre el maltrato de la conducción todo terreno prefiero la mínima electrónica pero en el caso de la “combustión” creo que la inyección es una mejora para cuando viajas y aporta mas de lo que se pierde.
¿ Y tú que opinas ?