Marruecos es un país que siempre te sorprende. Cuando ya has ido muchas veces deja tanto de sorprenderte las circunstancias y siempre sabes que puede ocurrir de todo (casi siempre bueno), pero de cada anécdota que vivas siempre te llevarás una sorpresa con el resultado.
Marruecos se podría catalogar como un país del “tercer mundo” aunque ya lo dudo, está en pleno desarrollo y en su basta extensión encontrarás extremos que marcan el carácter del país y la propia idiosincrasia. Un país donde aún conviven y creo que lo hará aún por mucho tiempo grandes riquezas con zonas de extrema pobreza y otras casi en la edad de piedra.
Lo interesante es su clase media, muy lejos de ser acomodada o compararse con la clase media europea, está en una constante evolución. Un potencial humano cargado de energía e ingenio, con sus defectos y maneras pero con una innegable fortaleza con ganas de avanzar con lo bueno y con lo malo que eso puede acarrear al entorno.
Esta necesidad de avance pero con pocos medios se expresa de forma extraordinaria en su ingenio. Allí todo es útil y todo se puede reparar, ningún elemento mecánico o metálico se tira y de la forma mas inesperada adquirirá nueva vida y un nuevo uso.
Y lo mas importante para el que viaja por este país, si tienes algún problema con tu moto cerca de algún poblado ten por seguro que podrás salir del apuro, son capaces de arreglarlo casi todo. Las nuevas tecnologías electrónicas se les escapan por ahora… pero tiempo al tiempo.
En mi último viaje tuve un buen ejemplo de su habilidad para solventar problemas. Debido al estrés continuo al que se someten muchas de las piezas de nuestras motos en viajes trails off-road con un pelín de chica uno de los agarres de aluminio del soporte del faro se rajó, literalmente, en marcha y dijo que no continuaba. Con cuidado conseguí llegar al poblado de destino. Al ser la pieza de aluminio pensé que podría estar complicado de resolver, sabía que eran muy buenos trabajando el hierro por ejemplos visto en 4×4 y reparaciones en subchasis de motos de amigos, pero todos habían sido de hierro. Incluso en España, encontrar quien pueda soldar el aluminio es complicado y no lo hacen bien en cualquier lugar… pero no tenía opción, me fuí al primer herrero que encontré en la calle principal.
El dueño del taller se preocupó rápidamente por el problema. Entre mi aún pobre Francés y el idioma universal de signos vio rápidamente lo que necesitaba, hablamos que lamentablemente no tenía soldadora para aluminio y que la ciudad mas cercana con una soldadora tig estaba en Bouarfa, a mas de 100 kilómetros pero que no me preocupara, que “él me iba a fabricar una réplica en hierro! C’est facile, amigo!” Lo vi tan entusiasmado que le dije que por supuesto, que adelante, no le pregunté ni el precio que me cobraría por ello. Lo dejó todo, se peleó con el que creo que era algún cliente que esperaba algo y se puso manos a la obra.
Un trozo de plancha de hierro que tenía por allí tirada sirvió para el apaño. Casi 4 horas midiendo, cortando y soldando dieron un resultado satisfactorio. Un apaño bruto, muy bruto pero eficaz, antes que la pieza se rajara la moto podía acabar destruida (cosa que casi hace el propio mecánico con sus pruebas). Detallar la pieza y sus detalles sería largo, pero solo decir que con una bisagra de una puerta soldada consiguió el juego que necesitaba para hacer de abrazadera al brazo de la horquilla, todo un artista el tipo :).
Lo que mas alucinado me dejó fue la forma de trabajar… ni prevención de riesgos laborales ni leches. ¿Gafas de protección para cuando usaba la amoladora? qué narices… ¿careta protectora para la vista cuando soldaba? qué ostias, se ponía gafas de sol cuando soldaba mas continuo, para puntadas a ojo descubierto que se ve mejor! No se como llegará a mayor ese hombre pero creo que será un milagro que llegue entero… o son mas duros que un yunque y aquí en europa somos unos nenazas…
Cuando llegó la hora de ajustar cuentas, empecé a pensar que habría sido mejor preguntarle antes de hacer el trabajo. Pero en Marruecos valoran el tiempo de otra manera y aparte del trabajo creo que el tipo se divirtió y le motivo hacerlo. Total 40 dirhams… le di 50, al cambio menos de 5 euros.
En Marruecos, no os asustéis si se rompe algo en la moto, por lo general confiad en el buen hacer de sus gentes. Como en cualquier sitio puede haber de todo pero en los talleres suelen ser gente honrada que le gusta hacer su trabajo.
Muchas gracias amigo por salvarme la papeleta en ese viaje! y los mejores deseos para que sigas conservando la salud para la próxima vez que vaya.
